Desde esta humilde tribuna queremos compartirles la crónica de una noche que invita a soñar.
Jugamos contra unos chibolos que, con pasmosa precisión, corrían, tocaban y pateaban duro su balón. Buscaron toda la noche, y con insistencia, la ruta al fondo de nuestro arco.
El equipo peruano mostró en la cancha el orden exigido por el profesor Rudencindo Javier Lazo Venturo: La línea de defensa, conformada por Juan (Robben) Lazo y Angel (me-voy-pero-regreso) Calderón, formó una línea consistente que resolvió con sabiduría las veces que fueron requeridos: contuvieron el ataque rival, cuidaron el balón y lo suministraron con inusual precisión a un mediocampo mágico en el que alternaron Rafael (expresivo) García, Alvaro (Barco) Ledesma y Niler (soleil) Tamayo.
El resultado del marcador fue ajustado pero reflejó el orden que se tuvo en la pizarra y en el campo. Siguiendo con humildad las instrucciones del profesor, la defensa devolvió con hidalguía el balón al arquero cuando era imposible insistir en la salida; renunciamos al juego tonto de rifar la pelota arriba y con austera disciplina salimos jugando. La magia y potencia de nuestros mediocampo debidamente oxigenados por el buen Pedro (el-arequipeño) García, nos permitió alzarnos con un buen resultado y entregar la valla en saludables condiciones. Nota curiosa: No hubo un delantero neto.
Mención aparte merece el arquero Diego (Pellos) Muñoz. Su actuación fue, por decir lo menos, destacable. Superlativa. Haciendo gala de sus instintos y reflejos felinos, contuvo sobre la lìnea el ataque rival, tapó de todo y hasta se sumó a la defensa cuando la última línea se sumaba al ataque.
También hubo nivel en el aliento: Cuando se tuvo que guapear no se recurrió al insulto, ni a deprimir la autoestima del compañero. Tal vez porque las cosas se hicieron bien esta noche. Porque este es un tema al que debemos ponerle un alto. Crecer, madurar. Por el bien del equipo y por el bien de nuestra imagen como peruanos.
No está hecho todo, el progreso es notorio pero aún queda mucho por hacer: Todavía estamos distantes de jugar un buen partido. De hecho hubo mejores actuaciones atrás que adelante, pero no era para menos: Jugamos sin un delantero neto y nos enfrentamos a un equipo que mediaba en los 25 años. Nos entretenemos con el balón y pretendemos llegar con todo hasta cruzar la línea del arco rival. Nos falta patear de lejos, apoyar a la defensa cuando el rival llega con toda su artillería y reventar (la pelota) cuando es preciso.
Pero estos son temas en los que se debe seguir trabajando… por el momento queda ánimo y aliento de saber que estamos en la ruta correcta y que Brasil parece estar mas cerca que nunca.
Vamos Perú!!!
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